¿Los huevos trufados sabes lo que son? ¿Y el aceite trufado? Hoy vamos a contarte algunos trucos para preparar estos sabrosos productos. Te explicaremos de forma detallada cuál es el proceso para mezclar la trufa de forma adecuada y potenciar el sabor de ambos elementos.
La trufa negra es un ingrediente cada vez más habitual en la gastronomía nacional. No solo en menús degustación o en restaurante de estrella Michelin. Cada vez son más las recetas de la cocina cotidiana que se complementan con este diamante que sacamos de las tierras del Moncayo. Hoy os vamos a hablar de tres opciones muy sencillas para disfrutar del sabor y aroma de la trufa en cualquier momento y sin ningún motivo aparente, y es que no nos hacen faltas las excusas para degustar ese manjar. Os vamos a dar consejos para preparar los huevos trufados, el aceite de trufa y una salsa de trufa que aderece perfectamente tus carnes preferidas.
Los huevos trufados son muy sencillos de preparar y tan solo necesitamos un gran bote de cristal que cierre herméticamente, además de los utensilios habituales de la cocina. Una vez tengamos el bote preparado, meteremos en el fondo la trufa negra nada más recibirla, envuelta en un papel absorbente para que capte la humedad residual. Introduciremos con mucho cuidado los huevos crudos y dejaremos ese bote en un rincón de la nevera, cerrado, durante 3-4 días.
Una vez haya pasado este tiempo, sacaremos los huevos y podemos cocinarlos de cuatro maneras: fritos, en tortilla, revueltos o cocidos. Lo importante es que el aroma de la trufa se habrá filtrado a través de la cáscara porosa del huevo de gallina, y se habrá asentado en el interior. Por lo tanto, disfrutaremos de unos huevos con un sabor muy especial. Si queremos potenciar el sabor de la trufa todavía más, podemos rallar una tuber melanosporum encima de los huevos fritos, o mezclarla con los huevos batidos con los que vamos a cocinar la tortilla o el revuelto.
Esto es todavía más sencillo y simplemente hay que cortar un trozo de la trufa e introducirlo en un pequeño recipiente con aceite de oliva. Lo dejaremos reposar una semana en el fondo y podremos disfrutar de un aceite trufado con el que aderezar las ensaladas o incluso las carnes a la plancha. Te recomendamos utilizar un aceite de oliva de sabor suave para que no eclipse los matices de la trufa.
Por último, la salsa de trufa, muy apreciada por los amantes de la carne, ya que combina muy bien con este alimento. Nuestra receta incluye cebolla picada, limaduras de trufa, mantequilla, vino blanco y nata. Derretiremos en una sartén la mantequilla y, a continuación, freiremos la cebolla, cuando esté pochada echaremos la trufa negra y después un poco de vino blanco. Cuando se haya reducido todo, verteremos la nata y lo dejaremos hervir unos minutos a fuego lento. Agregaremos entonces algo de sal al gusto. Rápido y simple. Ideal también para los platos de pasta o mariscos.