Nuestras fincas
Nuestras fincas, situadas en este magnífico paraje que es un espectáculo para la vista por el paisaje que las rodea, es el lugar donde producimos este diamante negro. Allí, las trufas extra y las trufas de primera crecen en unas condiciones climatológicas perfectas para su desarrollo y maduración.
En Añón de Moncayo, predomina un clima que oscila entre el cálido y templado, con un promedio diario de 11 grados, sin embargo, hay que tener en cuenta que a lo largo de la noche los grados en el termómetro descienden notablemente. La precipitación anual acumulada alcanza los 505 mm y los terrenos están situados alrededor de los 1000 metros de altitud. Además de las encinas o carrascas de nuestros terrenos, en los alrededores crecen quejigos, gayubas, majuelas y endrinos. Estas plantas previenen la erosión del suelo y, por supuesto, enriquecen el entorno y la vista.
Además de la altura a la que están situadas, la temperatura es muy apropiada en cada estación del año y reciben la pluviometría adecuada. Así pues, estos tres factores convierten a estas fincas un lugar idílico para el desarrollo de este manjar.
Geología y nutrientes
A nivel geológico, hay que destacar la proximidad de las Peñas de Herrera, que componen un grupo de rocas calizas jurásicas dolomíticas que fueron depositadas por sedimentación hace 50 millones de años. En los suelos de Añón existen masas calcáreas que surgieron por el mar que cubrió la región durante eones. Finalmente, el agua salada se marchó para siempre y, durante la era denominada Orogenia alpina, el macizo del Moncayo ascendió hacia los cielos, conformando arcillas y areniscas.
Pero centrándonos en nuestras fincas, podemos decir tras los estudios realizados por Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, que son muy ricas en nutrientes y esto garantiza el adecuado desarrollo de las carrascas y, en definitiva, de la tuber melanosporum. Para entrar en datos concretos, predominan el nitrógeno, el fósforo y el potasio, y en menor media el sodio, el calcio y el magnesio. Como micronutrientes, encontramos hierro, cobre, manganeso y cinc. La composición a nivel físico está compuesta por arcilla, limo grueso, limo fino y arena. Añadir que también aparece con frecuencia la piedra caliza y que el agua tiene un Ph óptimo.
En definitiva, nuestras fincas también son óptimas a nivel geológico porque disponen de un suelo muy rico en nutrientes y garantizan el perfecto crecimiento de las carrascas y, en consecuencia, de la trufa negra.
Vera del Moncayo
Vera del Moncayo es un histórico pueblo de la comarca de Tarazona con casi 400 habitantes. Está situado a 600 metros de altitud en el valle del Huecha. El pueblo tiene varios monumentos de interés, que van desde el Castillo del siglo XIV a la Iglesia de la Natividad. También es reseñable la Ermita de la Aparecida y el pueblo celtibérico de la Oruña; un yacimiento prehistórico que incluye un centro de interpretación.
Pero si algo destaca por encima del resto y es el monasterio de Veruela, de la orden del Cister. Está muy bien restaurado y es que la Diputación de zaragoza ha llevado a cabo trabajos de conservación desde hace más de 40 años. De obligatoria visita su iglesia de tres naves y el claustro que, por cierto, está precioso cuando la nieve lo acaricia, de vez en cuando. Como nota final, Gustavo Adolfo Becquer escribió “Cartas desde mi celda” cuando se alojó allí allá por el año 1864.
Aparte de la arquitectura, Vera del Moncayo tiene varios festejos reseñables, como las fiestas de La Candelera, en febrero, las de San Isidro en mayo o las fiestas patronales en honor a la patrona Santa Brigida, a finales de agosto.